El palacio donde el dictador Saddam Hussein gobernó Irak desde 1979 hasta 2003, cuando las fuerzas estadounidenses lo derrocaron, se convirtió en un museo. Se encuentra en la antigua ciudad de Basra, la segunda más importante del país.
El edificio se encuentra a orillas del río y expone artefactos que ilustran la historia de los países ricos en petróleo del Golfo Pérsico. Cuenta con más de 4000 objetos de los periodos babilónico, asirio, sumerio e islámico del país. Además contiene monedas, esculturas y estatuas que datan hasta del año 400 antes de Cristo.
Su director, Qahtan al-Obaid, explicó que la abrir un museo allí representa el reemplazo de la dictadura y la tiranía por cultura, humanidad y civilización.
Para el grupo Friends of Basrah Museum, la apertura fue uno de los días más felices en la ciudad en muchos años. El museo servirá para conservar la herencia de la cultura del país y transmitirla a futuras generaciones. Los ayudará a entender su historia y a mostrar al mundo una imagen distinta de su país.
La ciudad en sí misma fue construida en el 637 después de Cristo, y jugó un papel fundamental en la historia temprana del islamismo, la religión principal de Irak.