En el presente vivimos invadidos por información, sutil o enérgica, que se infiltra en los mil y un medios de comunicación a los que estamos conectados cotidianamente. Pero en las décadas del 70, 80 y 90 viralizar un mensaje era trabajo para el creativo. General Idea, colectivo canadiense, supo encontrar y construir ficciones que circularon tomando la forma de performances, videoarte, fotografías, publicaciones e instalaciones.
“Tiempo partido” es su muestra retrospectiva en MALBA, curada por su director artístico Agustín Pérez Rubio que investigó el trabajo de veinticinco años de los artistas: AA. Bronson, Félix Partz y Jorge Zontal, todos seúdonimos autoelegidos. Sí, la construcción del mito tiene su origen en los nombres falsos que se adjudicaron, quizás para encarnar los personajes que van a producir otras ficciones y formas de simulacro como un concurso de belleza con dos ediciones reales, dos ficticias y una truncada; imágenes arqueológicas que tienen a tres poodles como notables protagonistas; la presentación de una considerable evidencia visual que testimonia el incendio que destruye un pabellón siete años antes de haberse construido o un autorretrato encarnado por tres focas de peluche en peligro de extinción.
Inspirados por las teorías setentosas, en especial por Marshall McLuhan y su slogan “el medio es el mensaje”, hacen uso de canales existentes y toman imágenes familiares, para ocuparlas y devolverlas al mundo con un sentido diferente. El juego además se apropia del tiempo y lleva a los artistas a recorrer el pasado, presente y futuro con total libertad y fluidez. La parodia y el humor toman parte de sus producciones, pero también General Idea aprovecha los procesos para visibilizar temas cruciales como la epidemia del SIDA de principios de los 90, una enfermedad que va infectar a dos de sus miembros. El tiempo entonces sí se parte, tal como lo indica el título de la retrospectiva, cuando Partz y Zontal fallecen poniendo fin al colectivo.
General Idea aprendió a moverse como un parásito que viaja, como un virus, a través de estructuras de distribución ya existentes para infiltrar mensajes de concientización o crítica cultural. Recorrer las salas de MALBA para descubrir los guiños intelectuales y la iconografía casi cómica que construyen sus obras tiene un carácter tan actual como mítico.
Texto. Lucía Seijo