Todos los días, en el mundo entero, las personas se trasladan en subte. De esa cotidianeidad, el fotógrafo Skander Khlif se enamoró de Tokio y sus fascinantes rincones.
Todos los días, en el mundo entero, las personas se trasladan en subte. De esa cotidianeidad, el fotógrafo Skander Khlif se enamoró de Tokio y sus fascinantes rincones.
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