En la capital de Afganistán, Kabul, Shamsia Hassani inunda las paredes con su arte. Pinta mujeres con hiyabs -prenda característica de las musulmanas-, peces, guitarras, edificios y espirales.
Sus obras simbolizan la libertad de las mujeres en una sociedad opresiva hacia ellas. Por la guerra y la violencia de los talibanes, se recluyeron en sus casas, y Hassani busca devolverlas a la esfera pública y defender sus derechos a través de su arte.
Es la primera artista femenina de graffiti en 3D y usa su trabajo no solo para empoderar a dicho sexo, sino también para ocultar los destrozos que la guerra en su país dejó. A diario tiene que enfrentarse a los prejuicios de una sociedad sumamente conservadora.
En 2009 estuvo en el top10 del Afghan Contemporary Art Prize, y expuso en Alemania, Australia, Vietnam y Estados Unidos, entre otros países.
Es la profesora más joven de la universidad de Bellas Artes de la capital afgana y una de las fundadoras de Berang Arts Organization, donde promueve el arte junto con sus estudiantes como una forma de expresión y liberación.