“Estudié Publicidad en la Escuela Fernando Fader y luego Bellas Artes en el Terciario Nueva Escuela. Además realicé cursos de serigrafía, pintura, corte y confección, entre otros. Hace poco, comencé a incursionar en el estudio para ser tatuadora”, cuenta.
“Cuando era chica, disfrutaba mucho dibujar con mi mamá. Ella se dio cuenta desde el principio que a mi me gustaba eso y desde siempre me apoyó. No tomé dimensión de cuánto me gustaba hasta que de más grande comencé a ilustrar y seguí por ese camino hasta considerarlo una vocación”.
“Cuando observo la cotidianeidad tal y como está concebida, eso mismo me mueve a crear. Desde chica supe que prefería vivir del arte y mis inquietudes me han llevado a ser muy observadora y tomar las ocasiones diarias, la naturaleza, el sexo y la música como eje de mis ilustraciones”.
“El principal objetivo de mi obra es romper con la vergüenza, los esquemas y la incomodidad que puede provocar el sexo o la naturaleza de las situaciones que yo veo. Muchas veces me encuentro con temas tabúes y mi intención es atravesarlos demostrando simpleza”.
“El arte puede moverse mucho. En la calle, en las redes sociales, en otras ciudades, en tatuajes hay una nueva difusión que está abierta para los artistas nuevos”.
¿Qué proyectos tenés para este año? Mi idea para este año es realizar una presentación y rotación de la obra que estoy haciendo actualmente: Lovers. No es una obra que tenga su fin aún y estoy en pleno desarrollo de la misma.