En sus pasillos están contenidos siglos de historia de la humanidad. Recorrerlos es como hacer un viaje en el tiempo, a otras épocas, lugares, creencias y costumbres. Esa es parte de la magia del arte. En esta nota te mostramos los cinco museos más grandes del mundo.
El Smithsoniano es el complejo de museos más grande del mundo. Posee 19 museos y galerías, el National Zoological Park y varios espacios de investigación. Posee más de 137 millones de objetos que detallan la historia de Estados Unidos. Hay tanto para ver que si pasaras un minuto mirando cada obra, en 10 habrías visto solo el 10% del total. Por eso, te recomiendo ir con un plan: elegí solo dos o tres exhibiciones de un par de museos.
Imperdibles: Los zapatos rojos de Dorothy de El Mago de Oz y la bandera estadounidense que alzaron los soldados luego de la victoria en una batalla contra los ingleses. El hall de piedras (incluyendo al Diamante Hope) y el módulo de comando del Apolo 11.
Mi preferido, de una majestuosidad increíble. Uno de los 6 edificios que componen el Hermitage es el Palacio de Invierno, antigua residencia de los zares. Situado a orillas del río Neva, se formó con la colección privada que estos fueron adquiriendo durante siglos.
Quien comenzó fue Catalina la Grande, que en 1764 compró una colección de 225 cuadros de pintura holandesa y flamenca en Berlín a Johann Ernest Gotzkowski. Decoró el Palacio con todo tipo de obras de arte que iba adquiriendo de Europa Occidental. Solo el comedor estaba adornado con 92 cuadros. Los diplomáticos rusos estaban encargados de comprar todo tipo de objetos, cuadros, joyas y libros para llevar al Palacio.
No fue hasta 1917 declarado Museo Estatal. Un dato curioso: durante la Segunda Guerra Mundial, dos trenes blindados trasladaron su colección a refugios en los Montes Urales antes de la llegada del ejército alemán.
Hoy, su colección, formada por más de tres millones de piezas, abarca desde antigüedades romanas y griegas, a cuadros y esculturas del Renacimiento hasta Picasso y las vanguardias del siglo XX, arte oriental, piezas arqueológicas, arte ruso, joyas y armas.
Imperdibles: el Palacio de Invierno, la Sala de las Carrozas, la Madonna Litta de Da Vinci, El Almuerzo de Velázquez, La Danza de Matisse, y Composición VI de Kandinsky.
El Louvre fue una fortaleza medieval y el palacio de los reyes de Francia antes de convertirse en un museo hace dos siglos. Es visitado por más de ocho millones de personas al año.
La adición de la pirámide de Ieoh Ming Pei sorprendió a muchos cuando se dio a conocer en 1989 como la nueva entrada principal. Sin embargo, de alguna manera funciona integrar elementos dispares del palacio. Las colecciones del museo, que van desde la antigüedad hasta la primera mitad del siglo XIX, se encuentran entre los más importantes en el mundo.
Un buen lugar para comenzar es el Ala Sully, en la torre fortificada medieval de Philippe-Auguste. Se encuentra en el corazón del Louvre, a los niños les encanta, y conduce directamente a las salas egipcias.
Imperdibles: el Código de Hammurabi, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, La Gioconda de Da Vinci, La Coronación de Napoleón de Jacques-Louis David y La Libertad guiando al pueblo de Delacroix.
Visitado por casi 5 millones de personas al año, los Museos Vaticanos muestran una extensa colección de obras de la Iglesia católica. Como en los casos anteriores, su base fundacional fue una colección privada, la de Julio II, elegido papa en el año 1503. Luego otros papas aumentaron las colecciones.
Este conjunto se compone de diferentes edificios de museos temáticos, edificios pontificios, galerías, monumentos y hermosos jardines. A este conjunto también pertenece la Biblioteca Vaticana, una de las mejores del mundo.
Durante el verano realizan las Aperturas Nocturnas: la puerta monumental de los Museos del Papa se abre tras la puesta de sol para mostrar bajo otra luz los tesoros milenarios que posee.
Imperdibles: la Galería de los Mapas, el Tríptico Stefaneschi de Giotto di Bondone, las Estancias de Rafael, la Escuela de Atenas y la famosa Capilla Sixtina.
La colección del Met es de más de dos millones de obras de arte de todo el mundo. Se inauguró en el año 1872. Robert Lee Jenkins, un ejecutivo ferroviario cuya colección privada fue donada al museo, fue el primer presidente.
El arte egipcio, africano, asiático, de Oceanía, Oriente Medio y bizantino e islámico también están presentes en sus salas.
Las galerías André Meyer contienen algunas de las más famosas obras de los pintores impresionistas y post impresionistas, y una gran colección de esculturas de Rodin.
Imperdibles: el Templo Egipcio de Dendur, el hall de esculturas medievales, la armadura del rey Enrique VIII, la escultura de bronce Pequeña Bailarina de Catorce Años de Degas y Campo de Trigo con Cipreces de Van Gogh.